TRATAMIENTOS

21.11.2013 18:42

 

Cuidados y tratamientos

 

La tasa de supervivencia de estos bebés se ha elevado notablemente en los últimos años gracias a los cuidados neonatales. Estos requieren de especialistas y cuidados por parte de los progenitores que deben continuar a lo largo de toda su vida.

El cuidado requerido para bebés prematuros es muy diferente dependiendo de la etapa de gestación, peso al nacer, y madurez general.

El ingreso en la sala de cuidado del recién nacido prematuro es inmediato. Su acogida en la sala está preparada: presencia de un pediatra, incubadora y material de reanimación respiratoria. Los bebés prematuros son muy susceptibles a infecciones por lo que es prioritario prevenirlas con una higiene rigurosa; en ocasiones se llevan a cabo a través de ventanillas abiertas a los lados de la incubadora. Además son sensibles al frío por lo que se debe mantener la temperatura y humedad constante.

Además como el niño no sabe mamar, es preciso alimentarlo con una sonda que llega hasta su estómago. La leche materna es la mejor para él: se extrae con saca leches y se enriquece con proteínas y calcio. En caso de bebés extremadamente prematuros se utiliza un suero intravenoso.

Aquellos niños de menos de 32 semanas generalmente no producen suficiente surfactante en los pulmones para permitirles respirar por ellos mismos. Además se puede necesitar una sonda respiratoria que se inserta en la tráquea, o un respirador y oxígeno.

Cuando el recién nacido es hospitalizado, permanece separado de los padres. Es importante que la madre vaya a verlo lo más a menudo posible: el recién nacido necesita ser estimulado afectivamente por medio de caricias y palabras.

Los bebés prematuros pierden tiempo de maduración dentro del ámbito materno y su bajo peso hace que requieran períodos prolongados en las unidades de cuidados neonatales. Todo esto altera el desarrollo normal del niño, quien necesita de una estimulación adecuadamente balanceada en cada caso y de medidas que impidan la sobre estimulación de un pequeño todavía no preparado para el ambiente en el que se encuentra. Los niños desde que nacen reciben estímulos externos al interactuar

con otras personas y con su entorno. Cuando estimulamos a nuestros bebés les estamos presentando diferentes oportunidades para explorar, adquirir destrezas y habilidades de una manera natural y entender lo que sucede a su alrededor.

La estimulación temprana es el conjunto de médios, técnicas, y actividades con base científica y aplicada en forma sistemática y secuencial. Se emplea en niños desde su nacimiento hasta los 6 años, con el objetivo de desarrollar al máximo sus capacidades cognitivas, físicas, emocionales y sociales, evitar estados no deseados en el desarrollo y ayudar a los padres con eficacia y autonomía en el cuidado y desarrollo del infante.

Este sistema exige que el niño actúe en su medio para que el desarrollo cognoscitivo evolucione: necesita moverse, manipular cosas, escuchar sonidos, mirar objetos para coordinar las acciones motoras simples con las percepciones que le van llegando (actos sensorio motores). Su conocimiento es la construcción que éste realizará por sus acciones, descubriendo, creando o inventando, ayudado por la estimulación y el conocimiento social que se le brinda.

El feto inicia su vida en un medio ambiente que modula todos los estímulos que actúan sobre él mientras transcurre su desarrollo: el útero materno. Este hábitat intrauterino se caracteriza por ser un ambiente líquido, tibio, oscuro, que proporciona contención y comodidad, además de los nutrientes y hormonas necesarias para el desarrollo normal del niño en formación.

Los niños que nacen prematuramente son dramáticamente privados de este pacífico medio ambiente y pierden la estimulación intrauterina necesaria para completar el adecuado desarrollo.

Debido a sus características peculiares, el recién nacido prematuro presenta dificultad para asimilar estímulos ambientales y menor organización interna, que se manifiesta en cambios de coloración de la piel, aumento del esfuerzo respiratorio, pobre regulación de la temperatura corporal e incapacidad para mantener un estado de alerta tranquila. Dichos signos afectan la capacidad del menor para interactuar con sus padres y con el medio ambiente, dedicando su esfuerzo sólo a la autorregulación. Al ser neurológicamente inmaduros, los niños presentan dificultad para adaptarse al invasivo medio ambiente de la Unidad de Cuidados Neonatales. Este entorno se caracteriza por luces brillantes, ruido y frecuentes manipulaciones

del neonato. En este esfuerzo por hacer frente al medio ambiente extrauterino, los niños prematuros intentan autorregularse fisiológicamente.

Con frecuencia, manifiestan signos y señales de estrés. Estos signos de sobrecarga de estímulo pueden corresponder a señales físicas o cambios fisiológicos. Ellos indican que el neonato no requiere estimulación adicional. Estas señales frente a la sobrecarga de estímulos incluyen: desviar la vista o girar la cabeza en sentido contrario del estímulo, fruncir el ceño, apretar fuertemente los labios, movimientos de torsión de brazos, piernas, tronco, etc. También pueden mostrar signos de autorregulación y organización. Estas conductas tienen por objetivo calmar al recién nacido y ayudarlo a recuperarse del estrés. Ello sucede cuando el sistema nervioso central del niño es incapaz de regular la estimulación entrante. El neonato comienza a estar hiperactivo y más despierto y muestra esfuerzos crecientes para organizar sus sistemas motor y fisiológico para alcanzar un estado de tranquilidad. Estos esfuerzos de autorregulación pueden agotar las energías del neonato, particularmente si tiene dificultad en calmarse. Algunas señales que muestran como signos de autorregulación son los siguientes: aversión a fijar la mirada, succión intensa para calmarse, moverse en forma permanente buscando contacto, etc. Mediante el reconocimiento de estas conductas, el personal de la unidad de cuidados neonatales puede asistir la autorregulación del neonato mediante reducción de la estimulación o implementando estrategias que faciliten los procesos de autorregulación.

Para que la estimulación temprana dé resultados positivos, los padres deben:

· Respetar el tiempo de respuesta de su hijo. Elegir un momento tranquilo para jugar con él y evitar hacerlo cuando está cansado.

· Elegir objetos agradables al tacto, al oído, al paladar, y que sean seguros.

· Acompañar los juegos con canciones, palabras, cariño y sonrisas

· Asegurarse que el juego sea placentero para los dos.

· Aprovechar el momento del baño para los masajes.

· Usar la música.

· Enseñar libros al bebé. Pueden ser libros de tela, de plástico, con olores y distintas texturas.

Otro método muy utilizado en la actualidad es el de las mamás canguro (MMC) que consiste en mantener al recién nacido de bajo peso recostado en posición de rana sobre el pecho de su mamá o papá:

- El bebé debe estar apenas vestido, para evitar la pérdida de calor.

- La incubadora solo puede ser reemplazada por ese método- calor humano.

- Cuando el único problema del bebé es la termorregulación.

- El contacto fomenta el apego temprano y contínuo entre la mamá y el bebé.

- Facilita la lactancia materna, por lo que ofrece ventajas considerables en caso de morbilidad grave.

- Es un método de atención en cualquier entorno, incluso donde se dispone de costosas tecnologías.